El comisario de la policía del estado de Borno, Damian Chukwu, confirmó la muerte la pasada noche de «doce miembros de las Fuerzas de Trabajo Conjuntas (JTF por sus siglas en inglés) y siete civiles», dijo a los medios locales.
Los siete civiles que perdieron la vida fueron asesinados mientras velaban la muerte de los 12 agentes de las fuerzas de auto defensa civil. «Los suicidas atacaron a la multitud y mataron a siete de ellos, dejando muchos heridos», detalló.
«Una joven suicida increpó contra el puesto de sacos de arena en el que trabajaban nuestros miembros en Molai y antes de que pudieran darse cuenta de lo que estaba sucediendo, detonó los explosivos que llevaba en su cuerpo y mató a tres de nuestros muchachos», explicó el portavoz de las JTF, Danbatta Bello al local Premium Times.
«Eso sucedió simultáneamente al (ataque) que ocurrió contra el vendedor de té, donde siete de nuestros miembros tomaban la cena en su tiempo libre cuando fueron asesinados», explicó Bello.
Un tercer ataque ocurrió «no muy lejos de donde tuvo lugar la primera explosión, y mató a otro de los agentes de las JTF», mientras que la cuarta explosión sucedió en Jiddumeri, en la misma zona, acabando con la vida de otro de los agentes.
El pasado 25 de junio, nueve personas murieron y varias resultaron heridas en distintos atentados perpetrados por siete suicidas en la ciudad de Maiduguri, en el noreste del país, mientras los musulmanes celebraban la festividad del Eid al-Fitr, que marca el final del mes de ayuno ramadán.
En el pasado mes de junio, un total de 31 personas murieron en distintos atentados terroristas en Maiduguri.
El Ejército nigeriano ha logrado en los últimos meses recuperar buena parte del territorio conquistado por Boko Haram en el noreste del país, donde los yihadistas aspiran a establecer un estado regido por la sharia o ley islámica.
El grupo terrorista, debilitado por los avances del Ejército, ha recurrido de forma creciente a los atentados suicidas contra civiles, objetivos más fáciles que los militares o las sedes del Gobierno.
Desde el inicio de su campaña en 2009, el terrorismo de Boko Haram ha costado la vida a más de 20.000 personas y ha obligado a abandonar sus hogares a más de dos millones de personas en la región, según cifras de organizaciones humanitarias internacionales.
Millones de personas sufren en este momento escasez de comida en el noreste de Nigeria debido a la sequía y a los efectos de la actividad terrorista. EFE
FUENTE: EL TIEMPO
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