“Estas acciones contra Venezuela no conducirán a ninguna solución que favorezca al pueblo, y solo tienen como objetivo generar más inestabilidad y alentar a los sectores más violentos de la oposición”, se lee en la resolución adoptada por los cancilleres de ALBA en la reunión extraordinaria a la que asistieron en Caracas.
El texto repudia como “injerencias imperialistas” las medidas tomadas por Estados Unidos contra el presidente Maduro y los miembros de su Gobierno por llevar adelante la Constituyente, unas sanciones que estudia adoptar también la Unión Europea.
Según la ALBA, medidas como la congelación de bienes que Maduro y otros altos cargos venezolanos tengan en Estados Unidos están dirigidas contra “el pueblo” venezolano y buscan “un cambio de régimen” en el país caribeño.
Acto
La alianza de Gobiernos socialistas reconoce la validez de una Asamblea Constituyente que fue elegida entre candidatos íntegramente chavistas el 30 de julio, en una jornada marcada por la violencia y las protestas que los cancilleres de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ven como “un auténtico acto soberano”.
Tanto la oposición como numerosos agentes sociales han denunciado un supuesto fraude en los resultados oficiales de participación y también ha sido señalada por la empresa multinacional encargada del recuento tecnológico.
Los ministros de Exteriores de la ALBA rechazaron, asimismo, la “guerra no convencional” que, a su juicio, existe contra Venezuela, Cuba y otros países socialistas, a la que achacan la grave crisis humanitaria y económica que atraviesa la nación petrolera.
Apoyo
Los cancilleres presentes en Caracas insistieron en su apoyo a la revolución chavista y pidieron a la oposición venezolana un diálogo con el Gobierno para superar la situación del país.
Fundada en 2004 por Venezuela, Cuba y otros países de América Latina y el Caribe, la ALBA está integrada, además, por naciones como Bolivia, Nicaragua y Ecuador.
Desde 2006 incorpora el llamado Tratado de Comercio de los Pueblos, TCP que aspira a ser una alternativa a los tratados de libre comercio firmados por otros gobiernos que formen parte. (I)
FUENTE: EL TIEMPO
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