Los edificios abandonados, de lo que un día fueron las extensiones de la Universidad Nacional de Loja (UNL), en lugares claves de la provincia, hoy se pierden en medio de la maleza.
Hay inmuebles donde incluso es peligroso acercarse por la presencia de serpientes, mientras que otros se han convertido en espacios para el consumo de drogas y más actos inmorales.
Estado de infraestructura
En la ciudad de Macará, la UNL tiene un edificio de dos plantas. María Rodríguez concejala de este cantón, dice que las instalaciones están abandonadas y que estos espacios “sirven para ser utilizados en cualquier otra cosa menos para lo que podría ser útil”.
Además lamenta que el descuido de estos bienes afecten a las personas que viven en el entorno de lo que conocen como la ‘Universidad’.
Las instalaciones en Macará se ubican en el barrio 5 de Junio. “Aquí llegan algunas personas a delinquir, en una inspección se pudo visibilizar colillas de cigarrillo dejadas ahí por personas que utilizan drogas, encontramos hasta preservativos”, señala.
En Paltas la situación no es diferente. Amir Carrión concejal de esta jurisdicción, dice que no hay ventanas, puertas, tampoco alumbrado. “Para mantener el ornato de la ciudad el municipio está dando mantenimiento por lo menos a la explanada”, manifiesta.
Recuerda que el terreno en donde se construyó el edificio de la UNL extensión Paltas fue donado por la municipalidad, con el objetivo de crear un espacio para la preparación académica de la juventud. También lamenta que este espacio “se haya perdido, ya que no todos tenemos la oportunidad de estudiar en la ciudad”.
Asimismo cuenta que para la construcción del nuevo mercado de Paltas se gestionó ante las autoridades del Alma Máter el espacio físico para trasladar a las personas que trabajan en el mercado de manera temporal mientras ejecutaban la obra, situación que no fue aceptada, por lo que como Gobierno Local están buscando revertir la donación del terreno ya que no se utiliza conforme está establecido el convenio de donación entre la municipalidad y la UNL.
Responsables del abandono
El expresidente de la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE) Filial de Loja, Darío Loja Reyes, indica que la UNL también tiene infraestructura en la provincia de El Oro, además de contar con centros de investigación en El Pangui y Zapotepamba en Paltas, “no se conoce el estado actual de estas instalaciones”, acota.
Expresa que la Universidad tiene funciones específicas como la investigación y la vinculación con la comunidad. “Cuando las autoridades universitarias llegan a la dirección se marean por el tema del poder, pierden el norte, a tal punto que en la actualidad la situación económica del país se ve afectada y no podemos darnos el lujo como Estado de tener infraestructura abandonada, cuando bien podría servir. Si no quieren tenerla como espacio para la generación del conocimiento que es lo fundamental, pues cédanla para que otras instituciones públicas ocupen esas instalaciones de manera adecuada”, apunta.
Sobre la responsabilidad del abandono de la infraestructura refiere que, “habría que preguntar a quienes dirigen la institución en este caso al Rector y Vicerrectora, ellos son los responsables administrativos de la UNL”, concluye.
Otras instituciones
La UNL no es la única institución que tiene edificios abandonados. Ángel Romero Pacheco fue el Rector del Instituto Superior Pedagógico (ISPED) de Cariamanga, institución que fue cerrada y sus instalaciones también se encuentran en el olvido.
Ángel Romero explica, que la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) disponía que todos los institutos pedagógicos se convertirían en extensiones de la Universidad Nacional de la Educación (UNAE), situación que no se ha cumplido. “Digo esto porque tuve la oportunidad de ser su Rector en la última etapa de su funcionamiento, se perjudicó a la juventud de 12 cantones de la provincia de Loja, donde se extendía nuestra actividad académica”, puntualiza.
En lo que respecta a la gran infraestructura del ISPED, menciona que esta se encuentra desatendida. “Es una lástima que una vez que se culminó con las actividades de la última promoción de alumnos, las instalaciones pasaron a órdenes del Distrito de Educación, pero se encuentran abandonadas, diariamente paso por ahí y se está deteriorando, es una pérdida de recursos y no se ha entregado a otras instituciones públicas que bien podrían funcionar”, manifiesta.
Inventario
Roxana Palacios, presidenta de la Unión Nacional de Educadores (UNE), dice que es necesario levantar un inventario de las instituciones que se cerraron, para saber la ubicación de sus instalaciones y saber si pueden ser utilizadas por otras organizaciones.
“El pueblo ecuatoriano es el dueño de toda la infraestructura, necesitamos que nos respondan qué está pasando con los edificios de las universidades cerradas, por eso es necesario una fiscalización”, argumenta.
Comodatos
El Rector de la UNL, Gustavo Villacís Rivas, comenta que las extensiones universitarias fueron creadas en un momento muy importante y estas sirvieron para la formación académica de la juventud de la provincia de Loja.
Además manifiesta que a partir de la vigencia de la LOES “es imposible calificar a una extensión universitaria ya que aquí deben existir todos los elementos administrativos que tiene la sede”.
Asimismo hace hincapié que como Rector, cuando ha existido la solicitud para utilizar estos inmuebles se ha dado apertura. “En el caso de Paltas se ha solicitado el espacio para varios proyectos, pero ellos deben resolver qué quieren hacer, para poder entregar el espacio”.
También dice que se ha tramitado entregar estos bienes públicos. “En el caso de Macará existen efectos de carácter jurídico, el Alcalde solicitó el edificio en donación y la Universidad tiene que entregar en comodato. En Calvas el interventor Tomas Sánchez se opuso a la entrega del inmueble”, afirmó. (EVLL).
FUENTE: LA HORA
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