El hallazgo del cuerpo que rezuma incógnitas ha caldeado el clima electoral y se ha colocado como principal dolor de cabeza para Mauricio Macri.
¿Es el cuerpo de Santiago Maldonado? Esta es la pregunta que se hace la sociedad sobre un caso que ha estado en primera línea de la actualidad y ha marcado los discursos de campaña de todo el espectro político, especialmente de la oposición, desde que el 1 de agosto se perdió el rastro del joven, de 28 años, cuando huía, según testigos, de los gendarmes que desalojaban una protesta en el sur del país.
En medio de la incertidumbre por la identificación, y entre confusas informaciones publicadas en los medios, la Fiscalía pidió que en la autopsia, que se realizará en Buenos Aires, participen todas las partes que integran la causa en la que se investiga la desaparición, para velar por su legitimidad.
Asimismo, al tiempo que los principales partidos políticos decidieron modificar sus actos de campaña, diversas organizaciones de izquierda decidieron llamar a los ciudadanos a manifestarse en Buenos Aires para que se conozca «toda la verdad» y que se castigue a los responsables.
Esta convocatoria no ha estado exenta de polémica, ya que emblemáticos organismos humanitarios como las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, así como grupos políticos como el opositor Unidad Ciudadana (kirchnerismo) optaron por no adherirse a la marcha, en línea con lo solicitado por la familia de Maldonado, que pide «respeto» hasta que se sepa la identidad y las causas de la muerte.
La Justicia ordenó el miércoles el traslado del cadáver -hallado en un rastrillaje sobre el río Chubut, a 300 metros del epicentro de la protesta en la que participó Maldonado- hasta el Cuerpo Médico Forense dependiente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en Buenos Aires, para que lleve adelante la autopsia.
El joven artesano tatuador, que llevaba un tiempo en la Patagonia argentina, fue visto por última vez, según testigos, cuando el 1 de agosto huía de la Gendarmería tras adherirse a la manifestación de una comunidad mapuche en la localidad de Esquel, que protestaba por la detención de su líder, Facundo Jonas Huala, con pedido de extradición de la Justicia chilena por presunto terrorismo.
Sospechas
Una de las principales sospechas sobre lo que le ocurrió al joven, sobre todo según su familia y los organismos de Derechos Humanos, es que los gendarmes son responsables de su desaparición, por lo que piden al Gobierno que se haga cargo de lo ocurrido.
Por primera vez desde que se abrió la causa, titulada por la Fiscalía como «desaparición forzada», el Ministerio Público hizo ayer referencia, sin dar más detalles, a un «único imputado de la fuerza sospechada», en referencia a la Gendarmería.
Soraya Maicoño, portavoz de la comunidad mapuche de Esquel, consideró que el cuerpo hallado en el río Chubut «fue plantado» (colocado) y argumentó que era «imposible no verlo» en los anteriores rastrillajes. (I)
FUENTE: EL TIEMPO
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