Concesionar dos de las tres plantas refinadoras del país, Esmeraldas y La Libertad, está en los planes de Petroecuador. Así lo reveló ayer el gerente de la empresa estatal, Pablo Flores, en entrevista con un medio digital. Explicó que la de Esmeraldas requiere unos $1400 millones de inversión, pues existe la necesidad de contar con una mejor planta de azufre, una de procesamiento de sosa cáustica y un sistema de manejo integral de residuos, entre otros temas. En este sentido se requeriría la participación de la empresa privada que pueda invertir. Así espera lanzar hasta el primer semestre de este año la licitación. Ya están listos los términos de referencia, dijo.
En cambio, sobre la Refinería de La Libertad, para Flores lo más grave es que cada distorsión en el grado API que recibe genera problemas operativos.
Explicó que está en conversaciones con el ministro de Energía, José Agusto, el cierre temporal de esa planta para luego inyectar recursos inmediatamente del sector privado que permitirán realizar las mejoras necesarias.
Los anuncios generaron reacciones. Para Luis Calero, experto en temas de energía, las declaraciones de Flores son bastante precipitadas. Por un lado, si se va a hacer una licitación para la Refinería de Esmeraldas, por qué ya se están manejando montos previos, se preguntó. Sobre La Libertad, en cambio, consideró que el tema no ha sido ni discutido. No se ha pensado en la baja de producción de los productos que salen de ese complejo, dijo.
Indicó que todo lo que se invierta por parte de las empresas privadas terminará siendo pagado por el país o por los mismos consumidores. A su parecer es mejor opción ampliar las tres refinerías. Sin embargo, consideró que al aparecer interesados, entonces el Gobierno está optando por esa vía.
También aclaró que la repotenciación que costó $2200 millones y la nueva mejora son cosas distintas. En la primera solo se la dejó con la misma capacidad, ahora se trata de que se vuelva de alta conversión.
En cambio, Fernando Santos Alvite, exministro de Energía, señaló que es necesario mejorar lo que se hizo mal en el complejo refinador de Esmeraldas y tomar medidas para que se pueda reprocesar el residuo. Esta planta solo da 40 % productos limpios y el 60 % de residuos. Considera que sería sensato entregar la concesión de la administración a un ente privado y que se le pagaría a través de una tarifa por barril procesado (que incluya recuperación de inversión y utilidad). Para Santos sería conveniente que la Refinería de La Libertad se incluya en el mismo paquete, para que así sus residuos sean mejorados en Esmeraldas. (I)
FUENTE: EL UNIVERSO
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