El parlamento peruano tendrá este jueves en el banquillo al presidente Pedro Pablo Kuczynski, escuchará su defensa, debatirá y votará sobre su destitución por la acusación de hacer y ocultar negocios con la empresa brasileña Odebrecht.
El mandatario tendrá dos horas para plantear su alegato, junto a su abogado, Alberto Borea, tras lo cual intervendrán todos los legisladores, lo que augura un maratón de discursos, para luego pasar a la votación, aunque no se descarta que se prolongue más allá del día.
La crucial sesión esta precedida por intensos debates adelantados sobre la justificación de la vacancia (destitución), la necesidad de presentar pruebas y corroborarlas, conforme al debido proceso.
El evento fue precedido anoche por un mensaje de Kuczynski en el que insistió en que no es corrupto ni incurrió en ninguna ilegalidad porque su empresa, Westfield, dio servicios de asesoría financiera a Odebrecht cuando él era ministro.
Aseguró que se alejó de la empresa entre 2001 y 2006, cuando integró el gobierno de Alejandro Toledo y pidió disculpas por ser desprolijo y descuidado con el registro de sus actividades, intentando minimizar sus contradicciones, omisiones, por las que es acusado de mentir.
Pero sobre todo Kuczynski delineó una defensa política y adelantó que, si fuera destituido, sus vicepresidentes primero, Martín Vizcarra, y segunda, Mercedes Aráoz, no asumirán en su reemplazo, lo que significa que el titular opositor del parlamento, Luis Galarreta, asumiría la presidencia para convocar de inmediato nuevas elecciones generales.
Esa salida la rechaza el partido Fuerza Popular (FP), principal impulsor de la vacancia y repudiado ayer en grandes marchas en Lima y otras ciudades, convocadas por organizaciones progresistas que lo consideran corrupto y autoritario.
FP tiene mayoría congresal y, según esas fuerzas, la utiliza para someter a los órganos de justicia y a todo el aparato estatal para proteger a su líder, Keiko Fujimori, de investigaciones por lavado de activos, por la posible recepción de fondos electorales de Odebrecht.
En su defensa, Kuczynski tomó parte de esas acusaciones, es decir los procesos impulsados por FP para destituir al Fiscal de la Nación y a cuatro jueces del Tribunal Constitucional.
Además, apeló al polémico secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pidiéndole que haga seguimiento a la crisis por considerar que la constitucionalidad está amenazada, para lo que Almagro envió dos observadores de la sesión de vacancia.
FUENTE: EL TIEMPO
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