En una conferencia de prensa, el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, informó que el ciclón podría pasar por la isla mañana.
«Todo Puerto Rico va a sentir condiciones huracanadas», sentenció Rosselló, quien subrayó que sus efectos «serán peor que George (septiembre de 1998) y Hugo (septiembre de 1989), si azota como proyecta».
Tras señalar que se ha ordenado el desalojo de las partes bajas próximas al mar, advirtió que los vientos se esperan de hasta 225 kilómetros a la hora y grandes acumulaciones de agua.
Pronosticó que, tras el paso del huracán, «no va a haber luz», tal y como se vivió con el ciclón Irma, que sumió a la isla en la oscuridad, ya que esta tiene una infraestructura eléctrica debilitada desde hace muchos años.
Hasta ayer, aún 65.000 abonados de la Autoridad de Energía Eléctrica, AEE, permanecían aún sin luz, dos semanas después del anterior ciclón.
Por su parte, el comisionado del Departamento de Seguridad de Puerto Rico, Héctor Pesquera, insistió a quienes se encuentran en aéreas susceptibles de inundarse que las desalojen ya.
Mientras las autoridades anunciaban los efectos y las medidas de prevención, muchos ciudadanos se aglomeraron en los comercios, comprando agua embotellada, ventiladores, linternas, planchas de madera, cinta para sellar las ventanas, y comida enlatada para afrontar la llegada y posteriores efectos del ciclón María. (I)
FUENTE: EL TIEMPO
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