Asomado al balcón de la Logia central de la basílica de San Pedro para impartir la bendición “Urbi et orbi” (A la ciudad y al mundo) de Navidad, Francisco fue invocando la paz ante todas las guerras y males del mundo.
Ya es una tradición que Francisco dedique este mensaje a repasar los conflictos y tensiones que provocan sufrimiento.
El Pontífice explicó que los ángeles anunciaron “paz en la tierra” con el nacimiento de Jesús y agregó que este anuncio quiere llegar “a todos los pueblos, especialmente los golpeados por la guerra y la violencia, y que sienten fuertemente el deseo de la paz”.
Comenzó invocando la paz para “la martirizada Siria, donde demasiada sangre ha sido derramada”.
“Es hora de que las armas callen definitivamente”, exhortó.
A los israelíes y los palestinos les pidió que “tengan la valentía y la determinación de escribir una nueva página de la Historia, en la que el odio y la venganza cedan el lugar a la voluntad de construir un futuro de recíproca armonía”.
También recordó el momento que vive Colombia tras la firma de los acuerdos de paz, al pedir “concordia para el querido pueblo colombiano, que desea cumplir un nuevo y valiente camino de reconciliación”
Deseó también la paz para aquellos “marcados por el malestar social y económico, y a los que sufren las consecuencias de terremotos u otras catástrofes naturales”. (I)
FUENTE: EL TIEMPO
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