Después de tres meses del estallido en Chile la situación es incierta, las protestas no han cesado y pueden recrudecerse, así considera Rodrigo Navia, docente de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, quien estuvo en Guayaquil para ofrecer una conferencia sobre la dolarización. En una entrevista con Diario El Universo comenta la situación que atraviesa el país.
Pregunta: Después de más de tres meses de crisis, ¿cómo está el país tras el estallido?
Respuesta: Del punto de vista económico, la situación ha sido compleja… hubo un golpe importante y que se ha empezado a reflejar en las cifras de desempleo que se está acercando al 9 %. Una de las consecuencias que trae todo conflicto social es mayor incertidumbre respecto a cuál va a ser el camino que va a seguir el país…, hay ciertas decisiones o acuerdos políticos de iniciar un proceso constituyente que va a tomar fácilmente dos años…, hay grupos con posiciones más extremas que rechazan este mecanismo.
P: ¿Las pymes fueron las más afectadas en este estallido?
R: Hay distintos niveles de golpe. Las pymes en general son muy vulnerables a cualquier tipo de shock que viva la economía… a muchas microempresas la alteración de la actividad económica o de la vida comercial les afectó por la interrupción de sus actividades y son negocios que funcionan a través del flujo de caja y como no hay venta, no hay caja. Algunos negocios tuvieron que cerrar. Hay ciudades como Valparaíso donde negocios sufrieron vandalización y es muy difícil que tengan la espalda financiera para poder levantarse.
P: ¿Cómo fue la actividad económica a fines de 2019?
R: Comparativamente con años anteriores, fue mucho más moderada… a fines de noviembre todavía la incertidumbre era alta y al comienzo diciembre también… todo lo que veíamos en diciembre ahora lo vimos concentrado en 10 días. El estado de ánimo no estaba para poder dedicarlo a festejar o a ser muy generoso en cantidad de regalos.
P: El estallido reflejó problemas sociales de desigualdad. ¿Por qué en un país que se mostraba exitoso se desató el estallido?
R: Hay distintos elementos… que fueron alimentando esta sensación de descontento que si lo miramos en una perspectiva mucho más global, no es algo particular de lo que se está viviendo en Chile, diría que es más bien un contagio de lo que también se está viviendo en distintas partes del mundo… en el caso de nuestra región… mucho más centrado en el tema de las desigualdades sociales, de oportunidades… también mezclado con aspiraciones.
P: El Gobierno ha tratado de aumentar el gasto social, pero eso no ha tranquilizado a la gente. ¿Qué esperan los chilenos?
R: Decir los chilenos en general está mal, hay un grupo para el que quizás poder avanzar en la construcción de una Constitución, un esquema jamás visto en el país en tiempos más de paz, va a ser suficiente; pero también hay grupos que no quieren cambiarle ni una coma a la Constitución… Los grupos que no se vean satisfechos por esas respuestas van a seguir en la dinámica del conflicto. Veo muy difícil que el Gobierno pueda, con cualquier paquete de medidas, lograr un consenso amplio, hay grupos que están por una postura radical… para esos no va a haber propuesta que vayan a aceptar. Una de las grandes complicaciones es que no se ven cabezas visibles, entonces con ¿quién te sientas a conversar?
P: ¿Cree que las protestas han bajado y que puedan retomarse por el plebiscito?
R: Las manifestaciones o las acciones de protesta han disminuido. El calendario académico de los estudiantes por lo general termina en diciembre y muchas universidades suspendieron sus actividades desde el 18 de octubre. Pero hemos tenido dos instancias en donde ha habido otras manifestaciones que tienen que ver con la rendición de la prueba de selección universitaria y también grupos extremos que están en la dinámica de cambiarlo todo…; hay muchos indicadores, indicios y llamados para marzo para los que están más disconformes con la salida política generada.
P: ¿Cuáles son las expectativas en cuanto a plebiscito?
R: El plebiscito tiene dos partes. Una es que se aprueba o no construir una nueva Constitución y en segundo lugar, cuál es el mecanismo que se va a utilizar… las distintas encuestas muestran que la opción de aprobar una nueva Constitución sería la que estaría ganando, la duda está más en el mecanismo.
P: ¿Cómo usted ve al gobierno del presidente Sebastián Piñera, que tiene apenas un 6 % de aceptación?
R: Es un gobierno débil y está más debilitado por el conflicto social, es un gobierno con minoría en el Parlamento y con muy poca capacidad de generar vínculos con el mundo social y, por lo tanto, lograr procesos propios de gobernar.
P: ¿Qué le queda a Chile para recuperar la confianza de los ciudadanos?
R: Es una situación muy compleja… que no solamente parte del 18 de octubre, sino de los últimos años de pérdida de confianza en instituciones del sistema político…, grupos políticos…, en la Iglesia a través de los problemas que han salido de abuso de menores, también en las Fuerzas Armadas por temas de corrupción en el último año. Si hay alguna institución en la que todavía se tiene confianza en Chile es en el Banco Central, que lo hizo a través de metas de inflación, dijo voy a controlar la inflación…, voy a colocar metas para ir bajando la inflación, se tenía el anuncio y al año siguiente lo cumplía.
P: Valparaíso fue una de las ciudades más afectadas por las protestas, ¿cuál es su realidad económica y social?
R: Quedó la sensación, a partir de la cobertura que vimos en los medios, de que Valparaíso es una zona posguerra bombardeada… en realidad varias de las principales ciudades del país como Santiago, Concepción, Antofagasta, tuvieron partes fuertemente afectadas… Hay problemas históricos en las ciudades puerto que tienden a ser mucho más violentas o más fuertes del punto de vista social; aquí en Guayaquil lo vimos. En Valparaíso además tenemos al Congreso Nacional, un símbolo de poder desprestigiado… También hay sectores políticos, grupos más radicales que están fuertemente organizados y los niveles de pobreza son mayores que los de otras ciudades del país.
P: ¿Cuál fue el detonante para llegar a ese vandalismo?
R: Dada la situación que se estaba viviendo, las ciudades quedaron abiertas para bandas que tradicionalmente delinquen… y también… de grupos más radicales, más anarquistas del punto de vista político y de lucha contra el capitalismo al destruir instalaciones de comercio de grandes cadenas.
P: Desde la Academia, ¿cuál es el aporte para buscar soluciones a esta crisis?
R: Al nivel de las distintas escuelas nos reunimos y analizamos la dimensión del problema…, y tratar de contribuir al país con algunas alternativas de solución. Tocamos dos temas, los profesores de negocios tocaron la ética empresarial, que es uno de los temas que ha sido cuestionado en cómo está funcionando la sociedad chilena, y el otro tema que abordamos fue el de un sistema tributario que tuviese impacto redistributivo. Hablamos de familias con altos ingresos en el país que tienen una carga tributaria más baja que el general de la población; hablamos de temas del IVA, que es un impuesto, que es el 19 % en el caso de Chile, que a todos en términos nominales no afecta igual, pero a las familias de más bajos ingresos los golpea más fuerte que a las familias de altos ingresos. (I)
FUENTE: EL UNIVERSO
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