Editorial

Frágil etapa del consejo nacional Electoral por Antonio C. Maldonado V.

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Tema candente y preocupante del momento a más de la epidemia de la gripe denominada “corona china” y la incontenible inseguridad ciudadana adosada de nuevos escándalos en la educación, constituye al momento el destino del Consejo Nacional Electoral-C.N.E. y del Tribunal Contencioso Electoral, por el posible y aún no definido enjuiciamiento político, pero solo a la Presidenta del organismo, por asambleístas del movimiento político CREO.

Sobre el particular y argumentos de la defensa ejercida por la Presidenta del C.N.E., dirigentes políticos, de organizaciones clasistas y politólogos, existen criterios y opiniones diferentes, la Presidenta llamada a juicio político, ha manifestado públicamente que se trata de una equivocada aspiración del movimiento CREO, para que el Vicepresidente que es de esa agrupación política asuma la Presidencia y garantice el control y triunfo en las próximas elecciones; por otra parte, incluidos periodistas de opinión consideran que no confían en la idoneidad del C.N.E., para conducir y controlar con vigorosa ética el proceso electoral que se avecina, para lo cual se requiere la renovación total de esa Función del Estado, no solo de la presidencia a fin de garantizar en lo posible, algo muy difícil, que es el respeto y clara transparencia de la voluntad popular que se exprese en las urnas.

La voluntad soberana depositada en las urnas en forma libre, aunque solo teóricamente, siempre ha sido escamoteada, fundamentalmente por las candidaturas de los partidos gobernantes mediante el fraude electoral porque en una u otra forma  han tenido el control del  C.N.E. antes Tribunal Supremo, que de tribunal no tenía nada; por consiguiente es necesario rememorar episodios dramáticos como la insurgencia popular apoyada por un sector de las Fuerza Armadas cuando se manipularon las urnas para favorecer al candidato gobiernista Dr. Carlos Arroyo del Rio y derrotar al Dr. José María Velasco Ibarra, con la consecuente pérdida de vidas humanas,  el encarcelamiento de militares sublevados y el exilio a Colombia de Velasco, llamado posteriormente “el Gran Ausente”,  elegido varias veces Presidente Constitucional de la República por amplia mayoría fortalecida por “su gloriosa e insobornable chusma”; acontecimiento que sucedió con ocasión de las elecciones convocadas para el 10 y 11 de enero de 1940, por la muerte repentina del Presidente Mosquera Narváez; se acusó al Presidente Interino Andrés F. Córdova de haber solicitado a las autoridades provinciales que intervengan fraudulentamente;  de ahí que es muy importante que nos interesemos para que ningún partido o agrupación política tenga el control de los organismos o instituciones del Estado, porque allí es donde se fermenta la corrupción de toda índole como el fraude electoral que se seguirá perpetuando si no existe un control verdadero de la ciudadanía.

Si están en duda algunas actuaciones y resoluciones del C.N.E. actual, que debían ser esclarecidas, ampliadas o corregidas, según el caso, por mandato del Tribunal Contencioso Electoral y no lo ha efectuado, han perdido su legitimidad los dos organismos y deberían ser reorganizados en su totalidad para no tener que padecer nuevamente enfrentamientos del pueblo con la interminable acusación de FRAUDE ELECTORAL, algo que se vuelve muy complicado porque a los nuevos dignatarios tendría que nombrarlos el cuestionado CPCCS.  O

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