En la ceremonia de apertura, junto a la ministra de Salud, Verónica Espinosa, el Mandatario se congratuló de la edificación de esta obra majestuosa en un año y agradeció al consorcio Nuevo Hospital Quito Sur, que cumplió con los plazos acordados.
Dijo que en su primer año de utilización permitirá al Estado dejar de pagar 37 millones de dólares a clínicas privadas que dan 300.000 atenciones a los afiliados del IESS. “Y ese dinero, con toda seguridad, se invertirá en mejorar la calidad de vida de todos los afiliados”, añadió.
“Este hospital también ayudará a descongestionar al querido y tradicional hospital Carlos Andrade Marín, que abrió sus puertas hace ya 47 años, allá por el año de 1970”, especificó.
Mencionó que este hospital tendrá 450 camas, 370 para hospitalización y 80 para emergencias y consultas externas, y en el que trabajarán 1.800 profesionales en 33 especialidades.
“Los hospitales estatales son fundamentales ya que cuidan la salud de los más desprotegidos, de millones que no pueden acceder a un servicio privado; además, son los espacios idóneos para estimular la investigación, los descubrimientos científicos en beneficio de la ciudadanía”, señaló.
Entre los ciudadanos presentes, estuvo Inés Guevara, quien dijo a Andes que «esto para el sur es lo mejor que tenemos ahora (…) tenemos algo tan hermoso para nuestra salud”.
Renuncia
Tras la inauguración del Hhospital, Richard Espinosa anunció su renuncia a la Presidencia del Consejo Directivo del IESS. La dimisión se produce un día después de que el funcionario presentara una demanda ante el Tribunal Contencioso Administrativo en la Contraloría que había ordenado su destitución.
Según dijo Espinosa, toma esta decisión habiendo cumplido el sueño “de construir y poner en marcha el mejor hospital de todos los tiempos”. Agradeció haber trabajado “por y para la Revolución Ciudadana”.
Informó que ya se ha comenzado a hacer la auditoría sobre la construcción de ese hospital, cuya inversión bordea los 200 millones de dólares, que incluye infraestructura, equipamiento y el mantenimiento preventivo para cinco años. (I)
FUENTE: EL TIEMPO
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