En el Condado Harris, donde se asienta Houston y que contabiliza por lo menos 130.000 estructuras afectadas por las inundaciones, aún hay zonas bajo orden de evacuación obligatoria y sus habitantes empiezan a remover escombros y muebles inservibles de sus casas.
«A nosotros, los que estamos cerca del retiro, la casa es el patrimonio familiar que nos da seguridad durante nuestra vejez, y a pesar del deterioro no nos queda otra que la renovación», señaló Johnny Meyberg, natural de Colombia y residente de la ciudad de Katy, al este de Houston.
Lo que ocurre en Katy se replica en otras áreas de la devastada Houston, la cuarta ciudad más poblada de Estados Unidos.
La lucha contra los efectos de Harvey, que el pasado 25 de agosto tocó tierra en Texas como huracán de categoría cuatro, de un máximo de cinco en la escala de intensidad Saffir-Simpson, prosigue también en la localidad de Beaumont, cuyos habitantes no cuentan con agua potable debido a que el desborde del río Neches estropeó las bombas y la planta de tratamiento.
Mientras, Irma volvió a ser un huracán de categoría, sobre el Atlántico rumbo al Caribe, informó ayer el Centro Nacional de Huracanes, CNH. (I)
FUENTE: EL TIEMPO
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