“A causa de los diferentes objetos o árboles derribados por el fuerte viento se registraron 145 víctimas, de las cuales ocho fallecieron”, anunció la Inspección General para las Situaciones de Emergencia.
En tan solo 15 minutos, el temporal arrasó en la tarde del domingo la provincia de Timisoara, cerca de la frontera con Hungría y Serbia, mientras se dirigía al norte del país balcánico.
A su paso, arrancó de raíz numerosos árboles, destrozó tejados cuyos restos se vieron volando por las calles de la ciudad y dejó decenas de automóviles destruidos.
La tormenta pilló por sorpresa a muchos ciudadanos que disfrutaban de una agradable temperatura de verano, con más de 30 grados Celsius.
La mayoría de los afectados se hallaba paseando por las calles. Un hombre pereció tras caer un panel de publicidad encima de su coche, mientras que otro murió al ser golpeado por una rama de árbol en su cabeza.
“Los árboles y tejados fueron arrancados. Las carreteras bloqueadas, mientras que las redes de agua y electricidad quedaron interrumpidas”, declaró el alcalde de Timisoara, Nicolae Robu. “No tuvimos una alerta de que iba a ser una tormenta violenta. Las previsiones hablaban de lluvia”, se lamentó.
Por su parte, el presidente del país, Klaus Iohannis, solicitó medidas necesarias para implementar un sistema de aviso rápido a la población. (I)
FUENTE: EL TIEMPO
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