“Diego no es un criminal ni tampoco una amenaza para la seguridad del país. Es un joven que quería graduarse de la secundaria”, dijo el asambleísta Francisco Moya, quien representa al Distrito 39 de Nueva York. El funcionario se pronunció durante una rueda de prensa organizada por activistas, inmigrantes y funcionarios que piden la liberación del joven.
Diego se preparaba para asistir a su “prom” o fiesta de graduación el pasado jueves. Sin embargo, no pudo asistir a la celebración porque agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, ICE, lo detuvieron ese mismo día.
El joven se encontraba en casa de unos familiares, a donde acudió para refugiarse después que su madre también fuera detenida el día anterior.
Una portavoz del ICE, dijo que un juez ordenó la deportación de Diego Puma y su madre en noviembre. Ambos cruzaron ilegalmente la frontera entre México y Estados Unidos a finales de 2014, buscando refugio de las pandillas, y fueron detenidos. Tras perder su caso en las cortes migratorias, el juez ordenó su expulsión.
Rachael Yong Yow, vocera de ICE, dijo que la madre de Diego Puma, Rosa Inés Macancela, llevó un grillete de monitoreo electrónico en el tobillo mientras su caso avanzaba en las cortes migratorias.
El joven y su madre fueron encarcelados en Hudson County Correctional Facility, bajo custodia de ICE. Activistas y defensores anunciaron protestas para lograr su liberación, según informó el portal de noticias Telemundo.
Crítica
Victoria Gearity, la alcaldesa de la localidad de Ossining, se mostró crítica con la actuación de ICE, pues dijo que no avisó a la Policía local.
“El Departamento de Policía de Ossining ha estado a la vanguardia de la Policía comunitaria y ha aumentado su compromiso con la comunidad de inmigrantes en los últimos meses”, dijo Gearity, que vive frente a los familiares de Diego y presenció su detención. “Pero cuando la gente está asustada, es difícil que distingan entre agentes de la ley locales y agentes federales de inmigración”, agregó.
La prima del joven, identificada como Gabriela, dijo en declaraciones al portal Telemundo que “los agentes rodearon la casa, desatando indignación y miedo en el vecindario”.
“Los agentes dijeron que si mi primo no salía de la casa, ellos nos llevarían a todos. Dijeron que tenían direcciones y teléfonos”, dijo Gabriela.
La detención ocurre bajo nuevas normas de mano dura en inmigración alentadas por el presidente Donald Trump.
Los arrestos de inmigrantes aumentaron casi un 40 por ciento a principios del 2017 en comparación con el mismo periodo el año pasado, según datos oficiales. Las deportaciones, sin embargo, disminuyeron desde fines de enero a abril en comparación con el mismo periodo en el 2016.
Carlos Puma, el padre de Diego, dijo a los medios estadounidenses que ni él ni su familia sabían que había una orden de deportación de su esposa e hijo.
“Me siento destrozado. Nosotros vinimos a este país no para perjudicar a nadie sino para trabajar y educar a mis hijos”, dijo Puma, de 57 años. (I)
FUENTE: EL TIEMPO
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