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Su intervención presencial en Dijon y simultánea y virtual en Montpellier, Grenoble, Nancy, Nantes, Clermont-Ferrand y Port, en la isla de la Reunión, intenta abarcar a una audiencia global de 30.000 personas con una estrategia que apuesta por la innovación.
Dentro del cuarteto de aspirantes con posibilidades en la primera vuelta del domingo, junto al socioliberal Emmanuel Macron, la ultraderechista Marine Le Pen y el conservador François Fillon, el líder izquierdista recurre a su poder de convicción para llevar a su bando a los indecisos.
“Es inútil intentar intimidarme antes, durante o después”, declaró al criticar que se planteen escenarios “catastróficos” con sus propuestas.
Especialmente con su plan de abandonar la Unión Europea, UE, si no se renegocian los tratados y con el de instaurar “una política de codesarrollo con América Latina y el Caribe” uniéndose al ALBA, Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América.
“Francia participa ya en la financiación de proyectos del ALBA (…) Para los franceses es normal querer estar presentes en Latinoamérica”, dijo el candidato, para quien se intenta acabar con él con ese tema, igual que en España se “machacó a Podemos con Venezuela”. (I)
FUENTE: EL TIEMPO
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