El recorte más fuerte estará dirigido a los cargos políticos, ya que se reducirán en un 25 por ciento, lo que supondrá cerca de 1.000 despidos y «un ahorro» de 75 millones de dólares.
Además, Macri comunicó en un acto en la Casa Rosada, que en todo 2018 no habrá negociaciones salariales para los funcionarios con puestos políticos, por lo que su sueldo no aumentará en un año en el que el propio Ejecutivo marcó una meta de inflación del 15 por ciento.
El último anuncio del Presidente fue que próximamente firmará un decreto para que ningún Ministro pueda tener familiares dentro del Gobierno, algo que está en línea con su idea de lograr «un país más transparente».
Tras el acto, la Asociación de los Trabajadores del Estado, ATE, uno de los mayores sindicatos de funcionarios del país, aseguró que los recortes «parecen una tomadura de pelo».
Según la secretaria de la Organización del Consejo Directivo Nacional de la ATE, Silvia León, las medidas «no tienen un impacto real en el Estado» y consideró que la congelación de los salarios es algo «demagógico» porque, durante los dos años de Gobierno de Macri, estos funcionarios han cobrado unos sueldos «exorbitantes».
Con ella coincidió Pablo Micheli, el secretario general de la Central de Trabajadores de Argentina, CTA, Autónoma, al apuntar que este tipo de medidas sirven para «mejorar la imagen» del Ejecutivo pero, a la hora de ponerlas en marcha, «quedan en el olvido». (I)
FUENTE: EL TIEMPO
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