Un día después de que el ATR-72 de la aerolínea Aseman desapareciera de los radares con 66 personas a bordo, a las que se presupone fallecidas, sigue habiendo muchas incógnitas y pocas certezas sobre lo ocurrido.
En un terreno escarpado y cubierto de nieve, con cimas superiores a los 4.000 metros de altura, decenas de equipos de rescate, apoyados por alpinistas profesionales y perros rastreadores, se afanan a contrarreloj para encontrar el avión.
Se esperan fuertes nevadas a partir de hoy que, además de dificultar las operaciones, podrían cubrir los restos del avión y complicar aún más su hallazgo.
Las operaciones por tierra avanzan con lentitud debido a la orografía y al temporal de viento y niebla. El director del Centro de Emergencias, Yalal Puranfard, comentó que “en los cinco puntos previstos no hay ningún rastro del avión”.
El ministro de Transporte, Abas Ajundí, que se desplazó a la zona indicó que se están rastreando todos los lugares en los que pudo ocurrir el accidente, pero que hasta ahora no se ha encontrado restos del aparato.
Esta incertidumbre y confusión fomentó la publicación de noticias contradictorias sobre el hallazgo del aparato, que fue primero anunciado por un vicegobernador local y desmentido después por responsables de la aviación civil.
La aeronave despegó del aeropuerto Mehrabad de Teherán a las 08:00 hora local del domingo, con destino a Yasuy, y desapareció del radar unos 50 minutos después. (I)
FUENTE: EL TIEMPO
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