Fuentes de la Protección Civil lusa confirmaron que el aparato cayó en la margen de un pantano cuando hacía pruebas para recoger agua, pero el piloto se encuentra bien y salió por sus propios medios del helicóptero.
Casi 320 bomberos, apoyados por un centenar de vehículos terrestres y cuatro medios aéreos, continuaron ayer en la zona para combatir las llamas.
Las autoridades no tenían previsión de cuándo sería dominado el fuego, que se extendió en al menos, 100 kilómetros de la frontera con la región española de Galicia.
El incendio mantenía, ayer en la tarde, dos frentes activos, afectaba a una zona de matorral y arboleda y obligó a cortar por lo menos una carretera y a desalojar a varias personas de una aldea cercana.
Además, se detectaron fallos en el sistema de comunicaciones que coordina a todas las fuerzas de alerta y socorro del país en la zona del incendio.
Hace un mes, el país vivió la mayor tragedia forestal de su historia en Pedrógão Grande, centro, donde 64 personas murieron a causa de un incendio, que se propagó, rápidamente, y arrasó más de 35.000 hectáreas, según reportó el Gobierno. (I)
FUENTE: EL TIEMPO
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