El próximo evento electoral que se llevará a efecto el 7 de febrero de 2021, se desarrollará envuelto de pandemias de la salud, inseguridad ciudadana y embates de la naturaleza, lo que dificultará el desenvolvimiento democrático para elegir los nuevos dignatarios, algo improrrogable que requiere el país.
Comienza a exhibirse un gigantesco muestrario de rostros, algunos conocidos y otros de “ilustres desconocidos”, que aspiran a ocupar el solio presidencial, además los de algunos espontáneos sin auspicio de partido o movimiento político como es el caso del Vicepresidente Otto Sonnenholzner. Luego de la excusa del destacado político Jaime Nebot Saadi para terciar como candidato que plantea una consulta popular contra reloj, la única candidatura que está seriamente en pie es la del banquero Guillermo Lasso, legítimo propietario del movimiento político CREO, quien a continuación de la derrota que sufrió en las elecciones anteriores que tuvo que enfrentar al candidato del gobierno, este posiblemente financiado con el denominado “arroz verde”, se dedicó a fortalecer los cuadros de su agrupación con visitas periódicas a nivel nacional ya que obtuvo un número importante de asambleístas que elevan o bajan la balanza de la partidocracia en el Parlamento Nacional. En los próximos días y antes de que se venza el plazo para la inscripción de candidaturas se conocerá las definitivas para la Presidencia y Asambleístas.
Por su parte, el Gobierno con motivo del combate a la corrupción que también comenzó a salpicarle; pues, con la caridad pública para atender a la población marginal con ocasión de la pandemia del Covid 19, que la aprovechan para promocionar sus precandidaturas, lo que ha ocasionado un inesperado vacío en la administración con la renuncia de algunos funcionarios importantes, según se especula para terciar como candidatos desligándose de la actual administración, embadurnada también de la incontenible corruptela o simplemente como dice un ingenioso adagio popular “cuando el barco se hunde las primeras en huir son las ratas ”.
En este enrollado ambiente adosado últimamente de sindicaciones delictivas a asambleístas y funcionarios de alto coturno, persiste el interés de deshacerse de los directivos del actual Consejo Nacional Electoral y consecuente reorganización de las Delegaciones Provinciales para que se nombre el que asegure los turbios propósitos de la partidocracia y burlar como siempre la voluntad soberana, contentando a la ciudadanía con la arraigada cantinela de fraude por los perdedores.
Esperemos que las pandemias de toda índole y el recrudecimiento de la delincuencia organizada criolla e internacional que nos intoxica con el tráfico de drogas, que obligaran al Gobierno a construir o ampliar Centros de Rehabilitación para albergar a los cuantiosos infractores de la ley que diariamente son aprehendidos, todo lo cual y mucho más sucede en plena campaña electoral que seguramente liquidará la pregonada unidad nacional y propiciara que desaparezca la cacareada, momentánea y circunstancial solidaridad e igualdad. O
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