Forcadell declaró el pasado jueves como investigada ante el magistrado Pablo Llarena, por los presuntos delitos de rebelión, sedición y malversación, por permitir la tramitación de la declaración de independencia de Cataluña el pasado 27 de octubre.
La política catalana salió del centro penitenciario de Alcalá Meco, próximo a Madrid, acompañada de otras dos personas, ante una gran expectación periodística.
La presidenta del Parlamento de Cataluña permaneció durante casi quince horas en la misma cárcel donde se encuentran dos antiguas consejeras del cesado gobierno catalán, en prisión provisional por los mismos delitos.
Llarena, además de la fianza, le impuso la obligación de entregar su pasaporte en el Supremo, cosa que ya ha hecho su abogado y la obligación de comparecer de manera regular ante un juzgado.
Además de Forcadell, otros cinco miembros de la presidencia de la Cámara catalana comparecieron ante el juez acusados de los mismos delitos.
En su declaración ante el tribunal todos atribuyeron a la declaración de independencia del 27 de octubre un valor simbólico y acataron las medidas del Gobierno central para restablecer la legalidad constitucional, entre ellas, el cese del Gobierno de Cataluña, la disolución de su Parlamento y la convocatoria de elecciones regionales.
La presidenta del Parlamento catalán ha sido a la que el juez le impuso la fianza más alta y la única que pasó una noche en prisión.
El magistrado le atribuye una «actuación principal» en el proceso independentista, tanto «por su intervención medular» en él como «por la intensa repercusión que su propio liderazgo ha tenido». EFE
FUENTE: EL TIEMPO
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