La Empresa Coordinadora de Empresas Públicas buscará ahorrar –entre enero de 2016 y el primer trimestre del 2017– unos $ 200 millones, optimizando costos y gastos en esas empresas, explica su gerente Jorge Wated.
Dos en las que mayor ahorro se busca son TAME ($ 66,27 millones) y la Unidad Nacional de Almacenamiento (UNA) ($ 76,8 millones ). Solo en estas dos empresas la optimización representa $ 143,07 millones, es decir, el 71,5% de la meta.
“Estamos buscando que cada empresa le sume al Estado y no le reste”, dice Wated.
Apuntan a salarios. Se calcula que se bajarán unos $ 40 millones en este rubro. En TAME esa cifra es de $ 13 millones, mientras en la UNA se reduciría por salarios $ 5,6 millones.
Ambas empresas muestran complicaciones numéricas. La web de TAME refleja que esta tiene en el 2015 una diferencia entre ingresos y gastos de $ 33,4 millones. Ese año tuvo ingresos por $ 280,26 millones y gastos por $ 313,73 millones. El déficit del 2016 está en $ 24 millones entre febrero y agosto. El dato de enero no se reporta en el link de transparencia.
Según un examen especial de la Contraloría emitido en abril pasado, las pérdidas de TAME en 2014 fueron de $ 31,5 millones y $ 7,3 millones hasta agosto de 2015. En su reporte, la Contraloría opina que “la situación financiera de TAME EP es frágil” debido al incremento de los gastos operativos y de administración, que las rutas operadas en el periodo examinado (enero de 2011 a agosto del 2015) no generan utilidad, que existe un endeudamiento excesivo.
Para Wated, la aerolínea tiene una fortaleza en la marca y se busca una administración eficiente. Se tiene el interés de al menos 10 empresas que podrían ser socios estratégicos.
Mientras que en UNA EP, la almacenera del Estado, no tiene pérdidas, pero sí registra una subejecución presupuestaria de $ 25 millones.
Otra de las empresas en las que se ha trabajado es la Enami EP. Wated dice que se analiza “si vale o no la pena tenerla”. Explica que la minería es un negocio distinto al que se estaba acostumbrado y que consiste en realizar una fuerte inversión en exploración, aunque el rendimiento será a largo plazo. Esta empresa, agrega, ha bajado su presupuesto en un 50%. Estaba en $ 14 millones y ahora está en $ 7 millones.
En general, opina, las empresas deben levantar sus propios recursos, por ello se ha planteado que puedan buscar créditos en banca privada, que no solo extiendan la mano y le pidan al Estado. Una que desde ya está buscando financiamiento es Astinave. Tiene un proyecto para la construcción de un astillero relacionado con el Puerto de Aguas Profundas de Posorja.
Y asegura que el achicamiento no se debe a que se estaba gastando demasiado sino a un menor tamaño del mercado.
El funcionario espera que el ahorro programado sea mayor cuando se tengan números de las dos petroleras estatales: Petroecuador y Petroamazonas.
Para Marcos López nunca ha sido buena idea que el Estado sea proveedor de servicios.
Comenta que el Estado nace para regular las asimetrías de poder del mercado, pero estas no pueden cerrarse haciéndole la competencia al sector privado, sino poniéndole reglas claras. Cita como ejemplo a TAME que puso en muchas ocasiones el servicio de rutas a todo el país, sin mirar la rentabilidad de estas: “Era claro que esto le iba a llevar a malos resultados”. Y explicó que cuando las empresas públicas generan pérdidas, estas son asumidas por el Estado, que se alimenta de los recursos de los ciudadanos. (I)
Oferta de servicios
Balance de negocios
Resultados de evento
Una expectativa de venta por $ 13 millones lograron empresas públicas en la macrorrueda de negocios hecha con empresas privadas del país, hace pocas semanas. Ya se negocian las cotizaciones de los negocios. Las privadas buscaron entre otros bienes o servicios de las públicas: pasajes aéreos, espacios publicitarios en los canales públicos e incautados, uniformes con Fabrec o paquetes de sistemas de encomiendas con la empresa de correos.
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