Opinión

Reflexiones para la nueva forma de vida por Antonio C. Maldonado V.

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Capítulo I

La sorpresiva contaminación mundial que determinó la alerta para detener la propagación del virus corona, que actualmente constituye pandemia, se lo denomina por resolución de la Organización Mundial de la Salud-OMS con la abreviatura Covid-19, sobre cuya existencia ya en el año 1968, en la revista de difusión internacional Nature que se edita en el Reino Unido, su descubrimiento se revela indicando que sus principales características causan afecciones respiratorias y la muerte, denominándolo corona virus por las extensiones que lleva encima de su núcleo semejantes a la corona solar.

Después de la indefinida y parece interminable cuarentena que nos impuso a todos los países del mundo la sorpresiva pandemia del virus, algo que se presentó  impetuosa y súbitamente para lo cual no estuvimos preparados ningún país del orbe, sin conocerse hasta la fecha a ciencia cierta donde se originó y cómo se expandió este microrganismo que esta diezmando a la humanidad, que si bien algunas repúblicas manifiestan que han logrado detener la proliferación del contagio acatando la población las medidas preventivas dispuestas por las autoridades, en otras localidades esto ha resultado infructuoso debido entre otras causas a la catastrófica situación de insalubridad y sanitarias que se presenta en todas partes así como la deplorable situación de pobreza y miseria en que se debate la población mundial; lamentable condición que se agrava por la falta de recursos de toda índole para enfrentar este delicado y pavoroso flagelo que ha demostrado objetivamente a los gobernantes, políticos, empresarios, etc. la situación en la que se debaten y viven millones de desheredados de la fortuna que ni siquiera disponen de una vivienda sino que subsisten en unos cuchitriles arrendados de cuatro por cuatro metros cuadrados donde la saludable luz solar no entra porque no tienen ventana y su seguridad es con un par de argollas en la puerta donde se enlaza un candado, esto es, se ven obligados a tratar de burlar las disposiciones preventivas de las autoridades poniendo en peligro su existencia, como la que a diario se difunde “no salga de su casa” corriendo además el riesgo de sanciones pecuniarias y punitivas ya que si no tienen casa deben salir de su cuartucho en busca del aire puro y la anhelada luz solar, así mismo no cuentan con agua potable ni lavabo para el aseo de las manos y cuando hay servicio higiénico es colectivo, crucial y dramático estado de supervivencia que abona para que prolifere la promiscuidad y delincuencia, sin poder sobrevivir respetado los preceptos morales y legales en esa calamitosa situación, que se agrava porque no se sabe hasta cuándo durará la denominada solidaridad que constituye la caridad pública y privada y si en los kits de alimentos embadurnados de atracos por sobreprecios también se entregan mascarillas igualmente  pestilentes a corruptela que debe extirparse por los organismos gubernamentales y la justicia; fundamentalmente recuperando el atraco de los dineros del pueblo para poder enfrentar sus problemas y los posteriores que llegarán. Continuará.

Capítulo II

Según se encuentra determinado tanto por los directivos de los organismos internacionales como la OMS, la Organización Panamericana de la Salud-OPS, la ONU y los gobernantes y científicos de los países altamente desarrollados, así como de algunos en proceso de desarrollo este problema hasta encontrarle una solución temporal como sería la vacuna o algún medicamento cuya aplicación en humanos se sigue experimentando, posiblemente para fines de este año estarán listas.

Mientras lo indicado no acontezca tendremos que incluirnos en un nuevo proceso de vida parcialmente sometido a la tecnología, cuya implementación adecuada para los que tengan posibilidades económicas podrá hacerse mediante la compra de los productos tecnológicos que para esto se requiere a un alto costo, ya que los habitantes de una parte de países pueden obtenerlos de sus fábricas; nosotros no hemos logrado pasar de la artesanía y la manufactura porque no hemos desarrollado la industria y tecnología que se requiere ya que nos encontramos estancados en las formas de producción primarias la artesanía y la manufactura; desde luego gran parte de la niñez y juventud estudiosa ya están incorporados al sistema virtual, pero como indicaba al inicio de este párrafo será un proceso parcial; pues hay actividades laborales y profesionales que no se las puede realizar ni total ni parcialmente como la medicina, la odontología, etc. la agricultura, la mecánica, el transporte, la construcción, etc. que requieren atención personal o gran cantidad de mano de obra y también por adultos mayores analfabetos o que por su condición de pobreza y miseria desconocen dichos sistemas así como discapacitados que están en imposibilidad de utilizarlos, además la gran cantidad de padres de familia pobres que no cuentan con recursos para obtener los aparatos pertinentes ni pagar el servicio de internet; en estas condiciones como se pide por algunos directivos de la educación la colaboración de padres de familia para la enseñanza virtual es algo que resulta imposible que la efectúen. Continuará.

Capítulo III

Si bien los organismos mundiales indican que este es un problema que afecta a toda la humanidad y tienen que solucionarla en cada país en la forma que estimen pertinente a más de seguir los preceptos generales de salud, sanidad y psicológicos que se imparten en cada localidad que cuenta con diversas culturas y formas de existencia ancestrales, como por ejemplo en nuestro país que tenemos las siguientes nacionalidades reconocidas por la Constitución y las leyes: indígenas, afro-ecuatorianos, montubios a más de la gran mayoría de mestizos y una minoría de blancos, pero también existen hábitos, costumbres, religiones, etc., como en numerosas parcialidades aborígenes, la de los quichua andinos en la Sierra, en la Amazonía los secoya, achuar, shuar, etc.; frente a esta realidad nacional que también existe en los países sudamericanos, los gobernantes y la sociedad civil deben implementar procedimientos para adecuarlos a las nuevas formas de vida; entonces cada país tiene que contemplar esa realidad y darle solución.

Frente a esta realidad, en nuestro país que infortunadamente nos tienen intoxicados sin poder superar la pandemia de la corrupción de todo orden que mantiene obstruida la tarea de salvar vidas y dinamizar la economía, actividades que tienen que marchar paralelas porque sin lo uno no tiene objeto de existir lo otro y utilizar los recursos de la ciudadanía que los administra el Estado para su presente y futuro bienestar, soslayamos algo sustancial que es lo siguiente.  

Igual que los médicos epidemiólogos que dan el tratamiento del virus corona en un hospital a cada paciente de acuerdo a su estado de salud  los tiene que atender en forma diferente como a una o uno que requiere diálisis a otra que adolece de cáncer o diabetes o varias conjuntamente etc., en igual forma, cada persona tiene que analizar los problemas que se presentaran en su futura vida para encontrar las soluciones pertinentes comenzando por la ubicación personal que tiene en su entorno familiar y social como joven, adulto o de la tercera edad; esto es, que actividades productivas se suspendieron o disminuyeron que constituían los ingresos para atender las vitales necesidades y de sus familiares así como del conjunto de obligaciones tributarias para con el Estado y como podrá emprender y con que facilidades o dificultades cuenta tanto de los organismos del Estado como del sector privado para enrumbarse en este nuevo andamiaje que se impone para el cumplimiento de sus tareas primordiales.

En definitiva, considero que estas dificultades individuales no pueden ser solucionadas mediante leyes ni decretos ejecutivos porque estas se dictan generalmente disfrazadas para solventar asuntos de orden colectivo pero que son para favorecer a grupos determinados en perjuicio de otros, pero resulta imposible llevar a efecto en el orden personal, de ahí que debería encargarse de este latente problema a un grupo de profesionales versados tanto del derecho como de la sociología y disciplinas científicas afines y vinculadas a esta circunstancia, a fin de que se mantenga con firmeza la solidaridad y se conjure la discriminación. O

 

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