Mientras muchos niños y adolescentes han podido continuar su aprendizaje a través de medios digitales, algunas zonas amazónicas no pueden seguir sus clases por la falta de dispositivos tecnológicos o de conectividad a internet.
Raiza, quien vive en una comunidad kichwa de la parroquia Pandacayu, cantón Lago Agrio, es una de las niñas que recibe la visita de su docente cada semana y recibe material de estudio, que incluye contenido de las asignaturas tradicionales como Matemáticas, Historia y Lenguaje, y además con actividades recreativas para hacer en familia, entre esas recetas de cocina, manualidades y mensajes de prevención del contagio de COVID-19.
Con el apoyo de Unicef, el socio implementador Desarrollo y Autogestión (DyA) y la empresa privada, los docentes adaptaron las guías de estudio para apoyar a cerca de 1.200 niños en Ecuador, que como Raiza, se encuentran en riesgo de quedarse atrás debido a los cierres temporales de escuelas por la pandemia.
Más de tres meses y medio han transcurrido desde el inicio de la emergencia que vive América Latina, incluyendo Ecuador, y el Caribe. Con ello cerca de 154 millones de niños y niñas temporalmente están sin acceso de las aulas de clase, según el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef), ente que lleva adelante este programa de educación para niños y niñas de zonas rurales del país, entre esas varias zonas de la amazónicas.
«La pandemia por el COVID-19 ha evidenciado aún más las diferencias ya existentes en el acceso a la educación entre quienes viven en las áreas urbanas y los que viven en las zonas rurales de Ecuador. Casi dos tercios de los hogares del país carecen de conectividad a internet, dejando a muchos niños sin la posibilidad de aprender a través de herramientas digitales», sostuvo la entidad sobre el programa cuyo socio implementador es Desarrollo y Autogestión (DyA) junto a la empresa privada.
Las estrategias de Unicef comprenden el acompañamiento pedagógico y apoyo psicosocial a docentes y departamentos de Consejería Estudiantil para orientarles en la interacción con sus allegados y compañeros; la dotación de dispositivos digitales y planes de datos para que el personal educativo se mantenga en contacto con estudiantes; la producción de material educativo y programas para radio y televisión; y la entrega de guías de autoaprendizaje para la educación intercultural bilingüe. (I)
FUENTE: EL UNIVERSO
Comments