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El papa Francisco introducirá varios cambios significativos en el Vaticano en las próximas semanas y meses para traer nuevas caras con nuevas ideas y promover otras como parte de su impulso a la reforma.
El pontífice dijo que había decidido que la Limosnería Apostólica sea dirigida de ahora en adelante por un cardenal, la posición más alta en la Iglesia católica después del papa.
El actual jefe de esa oficina será promovido y sus sucesores tendrán el mismo rango. Esto institucionalizará un perfil más alto para el departamento que supervisa la ayuda a los pobres. “Creo que el papa tiene dos largos brazos: el de ser custodio de la fe, trabajo que realiza la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el prefecto tiene que ser un cardenal”, dijo Francisco.
“Y el otro brazo largo del papa es el de limosnero y debe haber un cardenal allí. Estos son los dos largos brazos del papa: fe y caridad”, agregó.
El arzobispo polaco Konrad Krajewski es el director actual de la oficina, cuyas raíces se remontan a principios del siglo XIII. Ahora será elevado al rango de cardenal en una ceremonia junto con otros 13 eclesiásticos el próximo jueves. La oficina del limosnero no ha tenido un cardenal a la cabeza desde que se tiene memoria.
Bajo la dirección de Francisco, Krajewski ha revitalizado la oficina. A menudo se lo ve por las calles de Roma vestido de civil ayudando a las personas sin hogar.
Asimismo, ha instalado duchas e instalaciones médicas para las personas sin hogar, ancianos y desamparados cerca de la Plaza de San Pedro, y ha llevado a grupos al circo e, incluso, a visitas privadas a la Capilla Sixtina.
Romper tradición
Para impulsar su visión de una Iglesia más misericordiosa y menos burocrática, Francisco ha roto con la costumbre de nombrar de manera automática a los cardenales para que dirijan las principales diócesis alrededor del mundo. Cinco grandes ciudades italianas que siempre han tenido cardenales están actualmente sin ellos.
El religioso argentino también dijo que está considerando hacer cambios antes de fin de año en el grupo de cardenales asesores de todo el mundo, conocido como el C-9. El grupo, que se reúne con él periódicamente en Roma, comenzó su trabajo hace cinco años.
Según aseguró, podría aprovechar el aniversario “para renovarlo un poco”, pero que no será para “cortar cabezas”.
Dos de los miembros del C-9, el australiano George Pell y el chileno Francisco Javier Errázuriz Ossa, están implicados en acusaciones relacionadas con el escándalo de abusos sexuales en la Iglesia. Ambos niegan los cargos.
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El sumo pontífice dijo también que iba a intervenir en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), una especie de oficina de contabilidad general que gestiona las propiedades inmobiliarias del Vaticano en Roma y otros lugares de Italia, paga los salarios de los empleados vaticanos y actúa como una oficina de compras y departamento de recursos humanos. Según indicó, el jefe actual de la APSA, el cardenal italiano Domenico Calcagno, presentó su renuncia cuando llegó al límite de edad de 75 años en febrero, una solicitud que será aceptada a finales de este mes. “Estoy estudiando candidatos que tengan una actitud de renovación, una nueva persona después de tantos años”, dijo.
Vaticano
Francisco aseguró estar muy contento con las reformas introducidas para hacer más transparentes las otrora escandalosas finanzas vaticanas. La banca vaticana, que cerró cientos de cuentas sospechosas o inactivas, “ahora funciona bien”, dijo.No obstante, al religioso argentino le preocupa que “no haya transparencia” en las propiedades inmobiliarias del Vaticano, que están principalmente en Italia. (I)
FUENTE: EL UNIVERSO
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